miércoles, 6 de junio de 2007

Bienvenidos

Sitio oficial del emprendimiento Haciendo Historia
Base de datos


La Escuela Nº. 75 de Estación Atlántida
forma parte del proyecto Haciendo Historia.

Este emprendimiento tiene como fin rescatar la identidad histórica del área costera de Canelones, a través de un plan de trabajo que promueve la investigación en las escuelas públicas y privadas de la jurisdicción.


Ubicación
La Escuela N° 75 (Urbana), se encuentra ubicada en la Ruta 11, Km 164 y Calle Los Hibiscos, en la localidad conocida como Estación Atlántida, sitúada a 3 km del centro del balneario Atlántida.

Locomoción
Como la Escuela se encuentra en la zona de residencia de la mayoría de los alumnos, un gran número de ellos se traslada a pie y en bicicleta, otros se traslada en ómnibus en la compañía COPSA, la cual hace el recorrido Parque del Plata – Pando y en una minoría lo hace en camionetas escolares.

Alumnado
Su población escolar es de 485 niños, distribuidos en 19 grupos, cuatro de ellos de Educación Inicial. Cuenta, además con un comedor que atiende diariamente a unos 180 niños.

Personal de la Escuela


Personal Docente: Turno Matutino

N4 A Leticia Lago
N5 A Virginia Nazar
1° A Viviana Tuneu
2ºA Andrea Castáng (Supl. Leyla Nuñez)
3° A Sylvia González (Supl. Natalia Abergo)
3° C Estela Cabrera
4° A Laura González (Interina 40hs)
5° A María Virgina González ( Supl. Karem Rey)
5ºC Mary Zabaleta
6° A Milagros Medina

Personal Docente: Turno Vespertino

N4 B Fátima Erache
N5 B Eugenia Sánchez
1° B Raquel Camacho
1° C Susana Callero
2° B Paola Yaco (interinato)
3° C Cristina Facal
4° B Selva Solana
5° B Nancy Bentancor
6° B Sandra Peña

M/Directora Beatriz Colman ( Supl. a Ma. Dolores Curbelo)
M/Adscripta Sylvia González (Doc. Indirecta, interinato)

No docentes


Posee tres auxiliares de servicio, una cocinera contratada por CEP, una limpiadora contratada por CEP (3/06) y una en tareas disminuidas contratada por el CEP, que colabora en atención de comedor, venta de meriendas y en tareas administrativas.
Aux. Cocina: Elizabeth García
Aux. T. Dism.: María del Carmen Quintero
Aux. Limpieza: Araceli Gallegos





Enlace principal
www.capitalturistica.com




Localidad: Estación Atlántida

Servicios que brinda la Comunidad hoy:

CAIF
Colegio y Liceo Ntra. Sra. del Rosario
CERP
Policlínica del MSP
Emergencia Privada SAPP y EMME
Club Social y Deportivo Progreso
Comisaría Secc. N° 17
(Colaboran diariamente con agentes que cuidan la entrada y la salida de los niños del local escolar).
También se cuenta con servicios que aporta el balneario:
Prefectura de Atlántida
Club de leones
Junta Local de Atlántida

Panorama Socio – Económico:
La zona resulta una conjunción o mezcla entre campo y ciudad. Varios establecimientos agrícolas y granjeros, le dan las características de ruralidad, existiendo a la vez, fábricas y grandes depósitos.

Comercios: en buen número: Panaderías, Carnicerías, Puestos, Ferreterías, Farmacia, Aserraderos, Feria (se realiza una vez por semana), Etc.
La mayoría de la mano de obra se emplea en comercios de la zona o del balneario ya sea en oficinas públicas, así como en inmobiliarias. Existen otras tareas zafrales que se realizan en el balneario, como ser en restaurantes, como empleada doméstica, cuidado de jardines, hasta juntadores de piñas. La mayoría de las madres se dedican a las tareas domésticas en su casa en época de zafra también trabajan en viñas y otras cosechas.

La Estación Atlántida se categoriza como suburbana, siendo sus calles de balasto. Las edificaciones son bajas, predominando las viviendas de material. No hay grupos habitacionales en la zona.

Reseña histórica de la Escuela

Desde principios del Siglo XX existió una escuela de carácter privado fruto de la necesidad del pago. Poco después, inició su marcha la Escuela Pública N° 75, en la que se formaron miles de niños, y no tan niños, de la localidad. Se inauguró el 20 de mayo de 1923.

Era un rancho con paredes de barro y techo de chapa, ubicado en el km. 160 de la ruta 11 (antes llamada Camino a la playa), en el paraje La Chinchilla, en los campos del Sr. Atanacio Hernández.

La primera maestra directora fue Celestina Bescanella de Arroyo y el alumno matriculado con el N° 1 fue Ramón Hernández. Las clases eran hasta 3er. año.

En marzo de 1934 se trasladó para un local frente a la Estación de AFE, propiedad del señor Anselmo López. Ahí funcionó hasta el año 1959. Ocupaba el edificio situado entre la panadería de Andrés Picardo y la provisión de Santiago Romero. Al frente, dos palmeras gigantescas – taladas sin razón, hace mucho tiempo - daban la bienvenida a la gurisada.

Siempre recordada será una maestra directora, la señora Rosaura; de impecable túnica blanca, y dignísima presencia. Junto a su señora madre, Doña Máxima, eran implacables forjadoras de rectitud de costumbres y hábito de trabajo. La señora Rosaura explicaba, proponía y alentaba: luego ordenaba y obligaba. Doña Máxima, sentada en el eterno sillón de mimbre, cubiertos los hombros con una capa de lana gris, persuadía y aconsejaba.

El 12 de abril de 1959 la escuela fue trasladada hacia el nuevo edificio de la ruta 11; más luminosa, más moderna, más espaciosa, que es el que ocupa actualmente, en la calle Los Hibiscos, continuación de la calle César Mayo Gutiérrez.

(César Mayo Gutiérrez fue Presidente Interino de la República, tenía su casa de veraneo en Atlántida. Atesoraba una vasta biblioteca; la mayoría de sus libros, primorosamente encuadernados, habían llegado desde Francia...)

Fuentes:
  • Gutiérrez Laplace, Juan Manuel. Atlántida un sueño que surgió desde las olas. Ediciones de la Banda Oriental. Uruguay 1995
  • Archivos de la Escuela (libros diario...
  • Gutiérrez Laplace, Juan Manuel. Crónicas de la costa. Canelones. Historias, personajes y memorias del arroyo Carrasco al Solís Grande.

lunes, 4 de junio de 2007

Reseña histórica de Estación Atlántida

Los vientos del cuadrante Sur engendraron arenales costeros, las dunas amenazantes engendraron la idea de realizar forestaciones, los bosques engendraron los balnearios canelonenses, y la afluencia de turistas engendró poblaciones satélites para residencia de obreros y empleados. De esta manera nació el pueblito de la Estación Atlántida.

En este caso, las primeras forestaciones se realizaron en 1908, el Balneario Atlántida se inició en 1911, y el pueblito de la Estación surgió en 1913.

La idea de Mario Ferreira
Un empresario llamado Mario Ferreira, había adquirido los campos y arenales contiguos a los de la Compañía Territorial Uruguaya –propietaria del Balneario Atlántida- en 1909 y 1913. Su intención era crear un gran bosque que llegase desde la estación del ferrocarril hasta el borde del mar. En un claro del mismo instalaría el viñedo, en otro claro habría espacio para el jardín, los árboles frutales, el vivero forestal y su propia vivienda. La superficie de dunas, eternamente barrida por los vientos costeros, sería transformada en un vasto pinar. El modesto camino, conformado por tres segmentos rectilíneos, uniría la estación del ferrocarril con la playa. Parte del mismo es la calle A del Balneario Las Toscas y la totalidad del camino Mario Ferreira.

La importancia del tren
Por aquellos días el tren era el único nexo con Montevideo; una especie de cordón umbilical del pago recién gestado. Debemos recordar que la Línea del Este se había construido en 1895, y desde entonces, la parada ferroviaria allí instalada se llamó Estación Las Toscas porque así se denominaba la comarca entera atendiendo al nombre del vado existente en el arroyo Solís Chico (junto al actual puente de Hierro). Cuarenta años después, la parada ferroviaria pasó a llamarse Estación Atlántida.

El poblamiento de La Estación
Hacia 1913, el Balneario Atlántida había progresado lo suficiente para contar con un barrio satélite donde habitase el personal obrero. El Balneario Las Toscas no había nacido aún, pero todo hacía suponer que pronto vería la luz. Y es entonces que Mario Ferreira fracciona las tierras contiguas a la estación y comienza a vender los terrenos en cuotas accesibles para todo el mundo.

De todas maneras, como la población era muy escasa, debió colocar muchos terrenos a los amigos montevideanos; casi todos profesionales económicamente poderosos; casi todos abogados o políticos de renombre. Entre otros, Santín Carlos Rossi, Gómez Folle, los hermanos Vázquez Barriére, etc.

Cada terreno ocupaba un área de mil quinientos metros cuadrados, dimensión que hoy se considera excesiva, no obstante, tuvo su razón de ser: se pretendía que cada familia – casi todos de origen campesino- pudiese contar con sus aves de corral, su vaca lechera, su huerto y su jardín. Se tendía hacia una sana autosuficiencia, muy recomendable en aquellos y en estos tiempos.

Los primeros comerciantes
Como es natural, pronto se construyo el camino carretero que enlazaba la estación con la vieja ruta a Maldonado (actual ruta 8), y pronto surgieron algunos modestos negocios frente a las vías de ferrocarril. El primero fue la provisión de Miguel Machín, en terrenos de Constancio Vigil (todavía se mantiene parte de dicha edificación), pero más tarde se establecieron otros, cuyos propietarios provenían de los más diversos medios: Santiago Romero, Anselmo López, Diego Fuentes, Floro Andrada, Pío Ferro, Bautista Pegorraro, Sebastián Lanza, Andrés Picardo, Marchos Schutz, Belisario Pérez...

La Estación prospera mientras el balneario permanece casi desierto.

Alrededor de 1918, los pobladores permanentes del balneario eran casi inexistentes, pero en el pueblito vivían varia familias cuyos integrantes, más tarde, residieron sobre la costa. Este hecho se repitió incontables veces; la familia llegaba en búsqueda de trabajo estable, se afincaba como podía en el pueblito (de La Estación), pero después emigraba hacia el balneario procurando mejoras en su nivel de vida. Los dos centros se complementaron mutuamente desde los inicios.

Primeras familias de La Estación y las “casas de material”
Por aquella época sólo había tres o cuatro casas de ladrillos. La del Dr. Ghigliani (Administrador del Balneario), ubicada junto al actual Colegio Ntra. Sra. del Rosario, fue la primera, y la del Coronel De los Santos, a otro extremo del pueblo, fue la segunda. Las Azoteas de Arbelo y la de Galimberti (donde funcionó la escuela N° 75 hasta la década del 50) se construyeron poco después.

En cuanto al fundador de la localidad
Durante muchos años Mario Ferreira alternó su residencia entre Montevideo y la chacra de La Estación. En 1929 creó el Balneario Las Toscas y más tarde el balneario Parque del Plata. Posteriormente se retiró a su vivienda montevideana.

La casa de Mario Ferreira ya no existe. Sus restos apenas pueden advertirse dentro del predio ahora conocido como El Rancho, a poco más de media cuadra de la calle N° 8 (El Tala), pero todavía se mantienen en pie sus araucarias Brasileñas y sus palmeras de Canarias.

Fuentes: